Entre sus monumentos destacan:
Sin duda, la obra más importante del término, ya dentro del Parque Natural.
Un santuario declarado Monumento Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural en 1931, además está considerado uno de los templos románicos más antiguos al sur del Duero.
Cada año es visitada por cientos de turistas que recorren las Hoces del Río Duratón.
Recorriendo las calles de Carrascal del Río vemos otros elementos de interés etnográfico, como un molino, junto al río y una fragua, ambos ya en desuso, así como decenas de bodegas horadadas en el terreno.
Las bodegas tradicionales de Carrascal del Río se abren bajo tierra en una de las laderas del cerro que ocupa el pueblo.
Las bocas, construidas en piedra y con puertas de madera que permiten la ventilación, se orientan siguiendo la misma dirección. Forman un estético y bien conservado conjunto de arquitectura popular.
La fragua de Carrascal es un pequeño edificio de planta rectangular y cubierto a dos aguas. Conserva el fuelle de madera y cuero que se usaba para avivar el fuego; la fragua propiamente dicha, sobre la que se sitúa la campana para facilitar la salida del humo; y el pilón, donde se daba el temple.
Con una importante pila bautismal de estilo románico y su retablo.
La iglesia parroquial de Carrascal del Río se dedica a Nuestra Señora de la Asunción, un templo de traza románica que se sitúa tras la plaza del pueblo. La iglesia es de una sola nave con cabecera semicircular, y tiene una torre adosada a los pies de la nave. En el siglo XVIII se hizo la portada barroca por la que se accede al templo.